¿QUÉ PASA CON BAUM?, de Woody Allen

 
 

“Yo siempre he querido escribir libros, pero empezaron a darme mucho dinero para que rodara películas, así que me dije: cuando dejen de darme mucho dinero para rodar películas, escribiré libros. Ahora, con 89 años, publico mi primera novela: ¿Qué pasa con Baum?... ¿Qué si es tarde para publicar la primera novela? Bueno, yo también pensé que esto de que me dieran mucho dinero para rodar películas se acabaría antes”, ha comentado Woddy Allen en una entrevista promocional, y la verdad es una frase que lo resume casi todo.

¿Cómo es la primera novela de Woody Allen? Pues se trata de una novela breve y ágil sin capítulos, o estructurada en un solo capítulo en el que se suceden las escenas, pero la intensidad estructural no decae y se ve sostenida por el logradísimo tono narrativo santo y seña del autor repleto de inteligencia, excrecencia, nihilismo, sexismo, sarcasmo y orgasmo… Todo para una fábula sobre la neurosis suburbana mediante la historia de Asher Baum, un escritor de Manhattan judío pero poco y neurótico pero mucho al que ir a Conecticut le parece viajar al Lejano Oeste porque odia el campo. Baum no tiene éxito literario debido a su estilo pretencioso, filosófico, trágico y pedante (Baum estaba en racha con su escritura, aunque por desgracia era una racha cuesta abajo. Su último libro recibió muchos varapalos, igual que el anterior, que trataba sobre un hombre y una mujer que se enamoran en un campo de concentración, consiguen mantener un apasionado romance, se exponen a la muerte y a la tortura a lo largo de tres años de encuentros clandestinos y al final, cuando son liberados, ella lo deja con estas palabras “estuvo bien mientras duró pero en el fondo no eres mi tipo”). 

Su falta de éxito de crítica y público como escritor hace que esté llevando su hipocondría al borde del perfeccionismo. 

Además Asher Baum está en la edad en que su pelo empieza a clarear, pero es tan cenizo que piensa que las primeras canas no son una señal que augura la sabiduría sino que augura un andador de aluminio.

Pero ama a su mujer, Connie. De hecho Asher teme perder a su mujer (una ambiciosa adicta a la fama y que siente debilidad por las personas creativas la cual no cree en él: “Ella estaba a salvo de angustias gracias a una infancia llena de cariño, a su buena apariencia, una inteligencia elevada y el respaldo de una fe en algo más grande, que, según decía Baum, era el dinero de su herencia familiar”). Y para no perderla la engaña con Thane, la hermana gemela de Connie a la que el propio Baum compara con Yocasta (para este bacalao sentimental consultó a un psicoanalista, el cual buscó la respuesta en los sueños de Baum, pero lo que funcionó con José y el Faraón no se activó en aquella salita con diván de la calle Sesenta y Ocho… de hecho ha renunciado a los psiquiatras, porque la terapia únicamente resulta efectiva si uno quiere cambiar, y lo único que quería cambiar Baum era de psiquiatra). Y Asher Baum desde luego envidia con toda su alma a su hijastro, un novelista comercial cuya primera novela ha tenido éxito (según Baum ha sido por equiparar disfrute con banalidad para gusto del lectorado mediocre). 

¿En qué se centra argumentalmente esta novela de Woody Allen?

Pues el primer punto de giro argumental tiene lugar cuando Baum discute con su hermano (al cual Baum aprovecha para reprochar que a él genéticamente le han tocado los cálculos biliares de papá y el pesimismo vital de mamá y aun así quiere a su padre), sobre la pertinencia o no de desenterrar a su padre muerto para volver a enterrarlo como él quería y dejó dicho en sus últimas voluntades, con el mandil que le identifica como masón (este diálogo es un descojono total, no se lo pierdan)…. ¡Pero esto no es todo: la trama, cada vez más sarcástica y aun así profunda (el artista genuino versus el artista comercial / la tradición versus la modernidad contemporánea / una hermana gemela versus la otra), se complica hasta extremos delirantes que harían reír y flipar hasta a un adobe gracias a las peripecias sexoafectivas con contraindicaciones y a las locuras del protagonista (todo recuerda un poco al argumento de sus películas Maridos y Mujeres, Delitos y Faltas y Hannah y sus hermanas), y sus tormentos familiares y profesionales, y a una neurosis que deviene en psicosis y a las divertidas pero chungas consecuencias…

Consecuencias que son muy actuales, pues en esta novela sale el Mee too, las redes sociales, el solo sí es sí, los juicios paralelos de la opinión pública, Putin, Oriente Medio y las consecuencias de meter mano a una entrevistadora de la prensa (todo muy Woddy Allen y/o sobre Woody Allen; todo ficción rayana en la autoficción propia de este autor genial con mundo configurado e identificable, el cual intensifica en cada nueva obra).

Como novela es una buena novela. Como primera novela es más que eso: es la polla con cebolla. No se la pierdan.

ImagoSM