LAS NOVELAS DE LA SEMANA NEGRA (I): NARCOPISO, de Paco Gómez Escribano (Ed. Alrevés)

 
 

¿La gente se cae en la heroína porque es poco inteligente? ¡De eso nada…! 

He aquí el mundo visto desde un barrio, y con el telescopio de los porros, la cocaína, la inteligencia marginal y las copas de chinchón de los filósofos que son alcohólicos porque en realidad son yonkis mal curados. Los filósofos de la marginalidad suburbana que leen novelas negras a la vez que viven una vida de novela negra chunga, ácida, impactante, fácil de leer e imposible de olvidar...

Sí, narrativa callejera, amarillista, barrial, quinqui, macarra, marginal, delincuencial de poca monta, Carlos Pérez Marinero, Eloy de la Iglesia, Chester Himes, Julián Ibáñez con un toque de Patricia Highsmith, sí, novela negra o el estado del malestar…

En estas páginas un viejo cuyos años han sido testigo de las transformaciones del madrileño barrio de Canillejas (unas transformación que va desde el hambre de la postguerra hasta el obrerismo sin casi derechos siguiente, y la llegada del alcoholismo en los 70, la era de la heroína de los 80 y de la cocaína de los 90 hasta llegar a la actualidad donde los inmigrantes han cambiado el paisaje y el paisanaje, y además ya la soledad y la desesperanza se han cronificado y unificado tecnológicamente), de pronto ve como unos okupas con mafia detrás se instalan en un piso de su bloque tras un desahucio, y eso lo cambia todo… Aunque el primero que se da cuenta de que eso lo cambia todo es Pirri, un tipo curioso que se pasa la vida en el bareto de Julito leyendo novelas negras y privando a tope, y al cual se le acerca ese viejo para pedirle ayuda porque en su edificio unos camellos han montado un narcopiso, y todo se ha llegado de yonquis, de manguis, de suciedad, de agresividad y de delincuencia , y la paz vecinal ha estallado…

En efecto, si algo deja meridianamente claro la décima novela de Paco Gómez Escribano, una crook storie genial titulada Narcopiso, es que este autor no sólo es con mucho la mejor firma de la Editorial Alrevés, sino el más perdurable acontecimiento literario de la novela negra española actual. Y esto es así porque, en el cada vez más homogéneo y fílmico y resultadista y linguïsticamente funcional panorama de nuestra novela negra, la pluma de Paco Gómez Escribano cuenta con un mundo propio, y con su propio idiolecto (el habla quinqui), y con un sentido del humor marca de la casa (mezcla del humorismo y del realismo sucio y del ingenio impresionante del autor), y con gran saber sociológico, buen oído para las conversaciones de barrio, verismo contundente y una finura política sin igual (la cual parece un mix entre el hard boiled y la novela social y los panfletos marxistas) que resulta contestataria hasta sin pretenderlo.

Uno de los grandes logros de esta novela es el tono narrativo en primera persona, el cual combina el registro macarra la lucidez pasota y el descriptivismo social con un punto de acidez moral y mucho humor negro.

Otro es la sociología (es más delito de spoiler en esta reseña hablar de los singularísimos amigos de el Pirri que contar el final de la novela, pero mi personaje favorito de la fauna del bar es la Carmen, una pitonisa muy lograda, y sólo he de decir que esta novela negra no la pueblan gente torva en situaciones límites ni villanos desesperados en situaciones límites sino gente normal desfavorecida por la vida) muy bien perfilada, sin personajes planos, sin diálogos homogéneos sino cada personaje con su voz, y sin apenas caídas en la prosa, la cual está tan cuidada como en la mejor novela del autor, Prohibido fijar cárteles.

Otra es la creación del bar como corazón del mundo, en este caso un bar repleto de gente perdida, de tipos que se quedaron colgados de los tripis hace años, de buscavidas, de pasotas, gente que es lúcida porque no les queda más remedio, etc…

Y otra son las conversaciones de bar que hacen que en esta novela se consiga elevar el ejercicio del vacile a la categoría de bella arte.

Es una novela redonda, señoras y señores.

Paco Gómez Escribano, autor de novelas negras repletas de atmósfera, de personalidad y de talento, lleva años haciendo una recreación diacrónica del barrio de Canilejas en su anverso y su reverso. Y en buena medida su obra es una forma excelsa de hacer novela negra social muy política y muy divertida que da cuenta de la verdadera intrahistoria de la España última poniendo el foco en la gente más débil aunque sea más fuerte, la marginal, solitaria, sí, la que juega en desventaja.

Y PGE esto en sus novelas lo hace así, sin anestesia. De hecho Narcopiso es la obra de un genio hispanic-noir fuera del canon con tanta personalidad literaria que su estilo parece una huella digital debido a su curraqdo mundo propio, y cuyas novelas no se repiten sino que ahondan en ese mundo propio, y lo agrandan, y lo intensifican, con cada entrega que da imprenta.

Digo.

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