Novela negra vasca: Tiempos para la lyrica, de Jon Arretxe (Ed. Erein)

La txapela noir en la que se inscriben José Javier Abásolo, Noelia Lorenzo Pino,  Jon Arretxe, Javier Sagastiberri, Juan Infante, Mikel Alvira, Alber Vázquez, Unai Elorriaga, Aritza Bergara, Carlos Bassas, Alberto Ladrón Arana, Jon Alonso, Aingeru Epalza, Alberto Ladrón, Iñaki Irastizabal, etc. 

El thriller euskandinavo que publican Dolores Redondo, Ibon Martín, Eva Gª Saenz de Heredia, Mikel Santiago, Antón Arriola, Susana Rodríguez Lezaun, Toti Martínez Leicea, Lara Siscar, etc. 

Los euskopoliciales de Laura Balagué, Carlos Ollo, Joseba Lozano, etc.

Los clásicos modernos de obra ya inmarchitable como Ramiro Pinilla, Fernando Aramburu, Juan Bas, Txani Rodríguez y Felix G. Modroño

Buena parte de la mejor novela negra del panorama actual, la que creemos que muchas veces en mayor grado tiene esa capacidad de adicción, de contundencia y de embeleso lector que sobrevive al tiempo y a las modas, se está haciendo en Euskadi.

Y uno de sus más insignes representantes es Jon Arretxe, autor de la saga de Touré.

Su saga de novelas contundentes, entretenidas y repletas de inteligencia social (son novelas con mucha calle, mucha puta, mucho jeta, mucho barrio, mucha jerga, mucho lumpen desesperado, mucho mantero senegalés y mucha sirena de policía) ciertamente es el mejor ejemplo en nuestra novela negra de hoy de lo que Edward Said denominó teoría literaria postcolonial.

Y el propio personaje de Touré (un africano sin papeles que ha sido detective, gigoló, pitoniso, confidente de la policía, pastor de ovejas, atracador de joyerías y millonario interino), ese personaje que es a la vez un resumen metafórico del mundo y la certificación narrativa de que el mundo es ancho y ajeno, bien parece la encarnación de lo que Thomas Carlyle, en su ensayo influyente y ya clásico titulado Los héroes en el que en las novelas diferenciaba epistemológicamente al héroe del antihéroe y del héroe vago, quiso decir con la acuñación crítica de héroe vago…

Sí, las nueve novelas de Jon Arretxe (Basauri, 1963) de la serie de Touré son pequeñas nouvelles-mosaico de género negro entre el hard boiled y la crook storie (todas son novelitas repletas de situaciones de gran crudeza y dramatismo, pero entreveradas de optimismo africano, de humor negro y con influencias de la novela picaresca), las cuales exploran la vida de un superviviente postcolonial, y describen con talento su pelea diaria por la subsistencia (todo en la Europa actual con trazas de insolidaridad y xenofobia devenidas de una extrema derecha nuevamente emergente).

Mediante un verismo crudo pero amable (amable gracias al dinamismo de las peripecias argumentales y al humor), estas novelas nos ofrecen una mirada tan humana como reivindicativa sobre la inmigración a través de este personaje que, título tras título, vamos viendo en toda su epopeya íntima de crecimiento y dura supervivencia… Una supervivencia vital, de hecho, narrada mediante una primera persona con gran poder de impacto empático, la cual nos traslada, no solo al acontecer del personaje, sino también a su mundo interior bastante surrealista.

Touré, inmigrante subsahariano que llega a Europa con la feliz inocencia de quien cree que ha llegado a la Tierra Prometida, pronto descubre que la vida entre nosotros de un inmigrante no es una estancia en el Paraíso.

Y eso le hará endurecerse y enmaliciarse rápidamente.

Y es que a este personaje con un doctorado en sufrir y otro en sobrevivir, a lo largo de las nueve novelas, le hemos conocido viviendo como un sin papeles en un piso patera en el barrio de San Francisco de Bilbao, y en un pueblo del pirineo navarro, y en los bajos fondos de París, y en el Madrid del barrio de Lavapiés y Puente de Vallecas entre los trabajadores explotados de los restaurantes hindús. Y, mientras perdía la inocencia y se sobreponía a las putadas de la vida (putadas tales como la muerte de una hija en París), le hemos visto haciendo frente al racismo y la xenofobia ambiental de la Europa de nuestro tiempo combinada con la pobreza de raza… Y, mediante su rocambolesca vida tan postcolonial como noir, nos ha hecho explorar mientras leemos embebidos temas tales como la inmigración, el racismo, las mafias, la discriminación y la exploración laboral en los restaurantes asiáticos.

Y ahora Jon Arretxe acaba de publicar la novena novela de la saga, Tiempos para la lyrica (Ed. Erein) con la cual entra narrativamente en un tema de gran calado: la prostitución, su verdadero cariz, sus implicaciones, su tratamiento político, la abolición, la ilegalización, etc.

En esta nueva entrega de la saga Touré el escenario-mundo vuelve a ser el barrio de San Francisco de Bilbao, esa mezcla de pequeña África y de Vallecas años 70, y la protagonista es de nuevo la amiga de Touré Sara Ke, y el tema social que da soporte a la trama noir es el maltrato, la prostitución y la indignidad humana, pero sobre todo lo es el mundo de la droga de vanguardia… ¡La lyrica es la droga de moda del barrio de San Francisco! ¿Por qué? ¡Misterio!

Además de la trama, muy bien concebida, y del personaje, que nuevamente es un improvisador que va a cuestas con su vitalismo atrabiliario por los bajos fondos, y le acontecen todo tipo de crueldades, y sale a flote siempre de milagro, en esta ocasión la novela nos ofrece también todo un mini-tratado de sociología política de las prostitutas del barrio de San Francisco con su tipología, su historia, su intrahistoria y sus preocupaciones, y su condena a pagar el pato de los conflictos por los choques étnicos que empiezan a abundar en el barrio a causa de la gentrificación… ¡Y eso es casi lo mejor de la novela! Pero también tiee como ingredientes un toque de thriler, humor negro, crítica social, realismo sucio y un lúcido y cívico tratado sobre la marginalidad…

Contundente y adictiva forma narrativa de mostrarnos que “a Bilbao le han lavado la cara pero se olvidaron de lavarle el culo”.

Hay que leer a Jon Arretxe.


Luis Artigue

El Taquígrafo


ImagoSM