Muerte en la ría de Javier Sagastiberri (Ed. Erein)
Bilbao. Una abogada de uno de los bufetes de más renombre de Neguri, el mejor barrio de la ciudad, la cual es experta en violencia de género y ha investigado redes de prostitución, ha conseguido órdenes de alejamiento de maltratadores, y ha desenmascarado a violadores. Esa abogada que, tras varios días desaparecida y buscada por su compañera en el bufete, emerge una mañana en la ría enfrente del Museo Guggenheim muerta y con signos de tortura. Las ertzainas Ana Larburu e Idoia Sagarduy investigando el caso, y contactando con compañeros expertos en prostitución internacional. Y la escandalizada ciudad es diseccionada. Y varios posibles culpables: ¿se trata de una venganza de alguno de los tipejos que esta letrada ha metido en la cárcel? ¿O de una organización de trata de blancas procedente del Este de Europa? ¿O ha sido un sanguinario asesino foráneo con cierto aire de Alain Delon que viene de vez en cuando a la ciudad, se hospeda en el hotel Carlton, y mata por encargo? Pero de pronto empiezan a aparecer más cadáveres. ¿Todo esto tiene que ver con un asesino en serie, o con alguien torpe que trata de ocultar un asesinato cometiendo otro?...
Agatha Christie tenía una personalidad literaria tan acusada y un mundo literario propio de los cuales no salía nunca. ¡Pero los intensificaba en cada entrega, y por eso nunca era aburrida!
Y es que lo que más aburre en literatura es la homogeinización, y, de hecho, cuando un género empieza a repetirse. a homogeneizarse es cuando empieza a pasar de moda.
En la actualidad detectamos en el panorama de la novela negra, que, por influencia del cine y las series de Netflix, se está thrillerizando, lo cual no solo supone una lamentable pérdida de sus impagables esencias literarias, sino una evidente homogeinización en sus argumentos y en sus diálogos intercambiables y en su prosa a menudo funcional. ¡Ojalá sea una moda que pase sin más!
Sin embargo la novela negra vasca, tan bien salvaguardada por la editorial Erein, no solo no está nada homogeneizada sino que sigue estimulantemente fiel a las esencias, y por eso es a día de hoy un espejo digno y de la calidad de la pluralidad y versatilidad del género noir desde su origen siempre rico en matices y subgéneros…
Así por ejemplo La txapela noir, que como es sabido es un hard boiled social, crudo duro y contundente sobre el delito la injusticia y el mal, y que es lo que fundamentalmente escriben José Javier Abásolo, Noelia Lorenzo Pino, Jon Arretxe, Javier Sagastiberri, Mikel Alvira, Alber Vázquez, Unai Elorriaga, Aritza Bergara, Carlos Bassas, Alberto Ladrón Arana, Jon Alonso, Aingeru Epalza, Alberto Ladrón, Iñaki Irastizabal, etc. O el thriller euskandinavo, una novela negro-criminal centrada en la ambientación atmosférica de las mismas, y que es lo que mayormente publican Dolores Redondo, Ibon Martín, Eva Gª Saenz de Heredia, Mikel Santiago, Antón Arriola, Susana Rodríguez Lezaun, Toti Martínez Leicea, Lara Siscar, etc. O los euskopoliciales de Laura Balagué, Carlos Ollo, Joseba Lozano, etc. O los clásicos modernos de obra ya inmarchitable como José Javier Abásolo, Ramiro Pinilla, Fernando Aramburu, Juan Bas, Txani Rodríguez y Felix G. Modroño…
En efecto buena parte de la mejor novela negra del panorama actual, la que creemos que muchas veces en mayor grado tiene esa capacidad de adicción, de contundencia y de embeleso lector que sobrevive al tiempo y a las modas, se está haciendo en Euskadi.
Y uno de sus más insignes representantes es Javier Sagastiberri (Donostia, 1959), un genio del hard boiled como demostró en sus novelas Una tumba sin nombre y Un dios ciego (creemos que es su mejor registro y estamos deseando una nueva novela suya puro hard boiled).
Este autor, ahora ha cambiado en efecto de palo y, en la estela de José María Guelbenzu (esto es, queriendo convertir a Agatha Christie en literatura culta, sofisticada y nuestra) se ha pasado a ese divertido subgénero de la novela negra que es la novela-enigma.
Así lo detectamos en su día al leer con delectación su entretenidísima anterior novel titulada Muerte en el Carlton.
Y hete aquí que ahora vuelve a las librerías con una nueva novela-enigma, la segunda de la serie del autor, titulada Muerte en la ría y en la cual hay varios muertos, varios culpables y varios asesinos, que no es lo mismo. ¿Por qué no es lo mismo el culpable que el asesino? ¡Para saberlo han de leer esta novela entretenidísima y a la vez dotada de sutileza político-social y considerable finura moral.
Es una novela hipnótica que se lee con embeleso de un tirón, si bien es cierto que contiene cierta escenas gore que levantan al lector del asiento, y que en un determinado momento hasta se queda uno ojiplático al comprobar que sale un asesino que es lector de Joan Arretxe (¡chúpate esa mandarina!)….
He aquí un alegato muy actual sobre los ricos y todo lo que a menudo tienen que ocultar.
No se la pierdan.
Luis Artigue